Rauda es la
empatía humana
que mira con
decadentes ojos
sus inefables y
vehementes despojos
que no dejan luz al mañana.
Lenta es la
avaricia rancia
que arranca
fieramente el débil aliento
y como indecente
culpable absuelto
epitetiza su ruina cual gran ganancia
El necio insiste
en su esclavitud
llena de
consentimientos y conformismo,
ignora que el
sabor de la vida es efímero
y que el suspiro
de nuestra muerte
es nuestra noble virtud
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