Todo
en la vida es una cuestión de vibraciones. Nos acercamos a personas que vibran
en nuestra misma frecuencia y nos alejamos de aquellas que vibran en una
frecuencia diferente. Existen energías que fluyen en nosotros y en todo lo que existe,
energías preexistentes a la propia creación del cosmos, energías que torpemente
tratamos de identificar pues el conocimiento de los antiguos chamanes,
acumulado durante miles de años, se perdió en el olvido y sólo conocemos la
punta del iceberg de lo que sabían nuestros ancestros. Hay una Ley Primordial
que lo rige todo, todo sucede por algo, aunque no seamos capaces de entender el
porqué.
Existen
seres luminosos, libres de nuestras bajas pasiones e instintos destructivos,
que nos impulsan a crecer y nos llevan a alcanzar niveles más elevados de
consciencia. Seres que viven en un plano diferente al nuestro, en otro mundo, o como diría la ciencia
moderna, otra dimensión. Pero también
hay seres que se nutren de nuestros miedos, de nuestro odio, de nuestra
inseguridad, de nuestras bajas pasiones, nuestra crueldad… esos seres que han
sido llamados demonios, elfos negros, hadas negras, dioses reptiles, seres del
bajo astral… no quieren que nos elevemos espiritualmente, sino todo lo
contrario, para ellos somos únicamente su fuente de alimento. El mundo está
como está porque esa entidad a la que muchos llaman Dios, no es realmente un dios benevolente, sino un demonio
mesopotámico de la destrucción, que adopta diferentes máscaras para engañar a
la gente. Muchos le sirven, ese ente demoniaco también está detrás del
totalitarismo, de las epidemias… del sufrimiento, en definitiva. Por eso todo
nos incita a estar siempre enfadados, desesperados, temerosos… pues se nutre de
todas esas energías negativas.
Pero
esa batalla cósmica no sólo se da a un nivel elevado que no comprendemos, se da
dentro de nosotros. Los dioses, los Altos Poderes, están en nosotros mismos,
igual que los espíritus salvajes, los devoradores o como quieras llamarlos, no
son otra cosa que nuestros propios demonios. Alimentando a unos u a otros, les
damos más poder para que gobiernen nuestra vida. Diferentes maestros
espirituales a lo largo del tiempo han tratado de ayudar a la humanidad, en
ocasiones esos Altos Poderes se han encarnado en el mundo físico, han tomado la
forma de un avatar para indicarnos el camino, pero no siempre han sido
comprendidos y en última instancia, somos nosotros mismos los que debemos
descubrir el poder que tenemos en nuestro interior… y los que debemos aprender
a domar a nuestros demonios.
Ahora
mismo tus demonios son fuertes, tu miedo, tus inseguridades, tu tristeza… les
ha dado un poder tal que han sido capaces de hundirte y casi te matan. Cuando
te encaminas hacia la autodestrucción crees que es un acto que haces desde tu
propia libertad, pero no es cierto. Son esos elfos negros los que te impulsan,
los que se han hecho con el control de tu vida y quieren aniquilarla. Se han
ido apoderando de tu energía y te han llevado al límite, ahora crees que nada
tiene sentido, no ves salida… y ellos te tientan, te ofrecieron una salida
falsa que tú, presa del miedo y la confusión, optaste por coger. Sin embargo no
lograron su objetivo, has vuelto del Inframundo, has visto el Reino de los
Muertos y has regresado. Pocos tienen esa suerte, ¡aprovecha esta oportunidad
para vencerles!
Ahora
mismo no ves la luz, piensas que tus problemas no tienen solución, piensas que
la vida es una condena, un duro castigo que tienes que soportar… pero lo cierto
es que la oscuridad no es mala, es algo necesario. Si no existiese la oscuridad,la
luz nos abrasaría. La oscuridad es necesaria para buscar en nuestro interior y
descubrir aquello de nosotros que no sabíamos que teníamos. No me refiero a los
miedos, esos los conoces, puedes afrontarlos o no, pero los conoces. Me refiero
a cualidades, buenas o malas, que hay dentro de ti y que desconocías por
completo. Esas cosas nunca aparecen en épocas de luz, siempre se dejan ver en
la oscuridad, si eres capaz de buscarlas. Ahora mismo no le ves solución a
nada, de acuerdo, aceptemos que ahora mismo no tienes la clave, sencillamente
siéntate y deja pasar el tiempo. La vida puede dar un giro de 180º de un día
para otro, de un segundo para otro. No digamos ya lo que puede cambiarte la
vida en un mes o en un año. Cuando menos te lo esperes algo puede cambiarlo
todo y no es algo que tú controles, ten paciencia y espera.
Mientras
esperas conócete a ti misma, busca en tu interior, en lo más profundo ¿qué
tienes que perder? Nuestro mundo, el mundo de los vivos, es el único lugar
donde la evolución física y espiritual es posible y sólo disponemos de un
tiempo limitado para ello. Si escapas de los problemas o no sabes afrontarlos,
todo es cíclico, volverás a tener que enfrentarte a situaciones parecidas una y
otra vez, hasta que consigas vencer. Si escapas, si tomas un atajo, solo
estarás engañándote a ti misma, pero no puedes engañar al cosmos. Volverás una
y otra vez al mismo punto, hasta que lo superes. Es como un videojuego, no hay
trucos ni forma alguna de pasar al siguiente nivel sino superas antes el nivel
en el que estás. Dejar de jugar no es una opción, pues la vida y la muerte
también son un ciclo y volverás a renacer y a enfrentarte a lo mismo una y otra
vez.
Sé
que te sientes débil, y ciertamente lo estás. Esos elfos negros, esos demonios,
se han apoderado de toda tu energía, has estado a punto de morir. Pero eres más
fuerte de lo que piensas, dentro de ti no solo están los demonios que hoy
gobiernan tu vida. Tienes una diosa dentro, una diosa que ahora mismo está maltratada
y arrodillada, pero no vencida. Es una diosa guerrera, está atrapada, esperando
a que la liberes. Busca a la diosa, deja que su poder te envuelva, aprende de
ella, cuídala y trátala con cariño. Te aseguro que si lo haces ella se
levantará con una rabia y una fuerza que no puedes ni siquiera imaginarte, con
un poder que no sabías que tenías… pero que te aseguro que tienes. La diosa se
alzará y aplastará a tus demonios.
La
vida no es una carga pesada, lo que pasa es que nos empeñamos en complicárnosla
más de la cuenta. La vida es buena y debe ser vivida con entusiasmo y alegría.
Has vuelto de entre los muertos, aprovecha la sabiduría que has aprendido en el
otro lado. Está claro que no le tienes miedo a la muerte ¿por qué le tienes
entonces miedo a la vida? Piensa en lo fuerte que es esa diosa que tienes
dentro de ti, que incluso de rodillas, incluso golpeada y humillada, ha sido
capaz de salvarte. Imagina lo que sería capaz de hacer si tan sólo la
alimentases un poco. Busca a la diosa y no te rindas, porque no estás sola en
esta guerra.