jueves, 20 de octubre de 2016

Poesía - Máscara victímista

Ladrillos de una falsedad eterna
que forman aquella ostentosa torre,
donde aguarda el que delicias come
y la hipócrita víctima espera.

La pusilánime inmadurez presente
en la cima de cuerpos insensatos,
que ignoran sus gélidos daños
y solo ven la realidad de su mente.

Arrancar quisiera la opresión de ideas
de infancia sin ventura socia,
de golondrinas hechas momias,
y de viles cuchilladas sinceras.

Sentir caricias de sangre en mis brazos,
roja como el llanto de la vida,
rubí como el alma de la melancolía,
que fabrica hipocresía en mis abrazos.

Mas, templa, inepta desesperación
que la preparada justicia resiste
al humano que con miedo asiste
a la destrucción de nuestro corazón.

¡Ay! Libertad, guíeme amable
por este mundo sin riendas
que cabalga sobre un caballo indomable

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