Inútiles sonidos
azotan nuestros oídos,
sonidos que van
al compás del alegre viento,
que llevan a un
mundo encogido
de chuscas
habladurías y mentiras.
Ineptas palabras
para mi mente
corretean por la
calle polémica,
cual niños
jugando alegremente
en la plaza de
la alegría y la inocencia.
Mis oídos me
arrastran hacía el silencio,
silencio escaso
por las inconscientes lenguas
de aquellas
gentes que no entienden el silencio
pero que si
entienden todo lo que reciben de otras lenguas.
Por eso mi amigo
que hace el sol más brillante
es el silencio
en persona
más no siempre
el que calla quiere otorgar
sino que piensa
en los demás, calla y sigue adelantado.
El silencio es
tirita para mis lastimados oídos,
por eso mi
persona quiere siempre permanecer con mi amigo
porque tan solo
somos unos locos
en este extraño
mundo de cuerdos.
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